jueves, septiembre 24, 2009

Una noche con la doncella

En el mes de marzo se realizó uno de los mejores conciertos de metal en el Ecuador. La legendaria banda Iron Maiden visitó el país y como buen seguidor asistí a ese imperdible evento, a continuación haré una breve crónica.

La noticia de la venida del grupo se dio a principios de enero de este año y mi boleto fue adquirido el 31 del mismo mes. Comenzó el plan para viajar a quito, tuve mes y medio para sacar permisos en mi trabajo y buscar con quien más ir.
Me reuní con unos amigos en la terminal terrestre y tomamos un bus de “Flota Ecuador” que nos llevaría a Quito, el bus tenía programado llegar a las 8 de la mañana del 10 de marzo (día del concierto), pero llegó a las 7 y del terminal de cumanda, cogimos un bus que nos llevaría hasta el estadio de Chillogallo.

Ahí nos separamos ya que mis amigos tenían entradas vip y yo sólo para tribuna. Ya en la fila el sol pegaba fuertemente así que tuve que taparme con mi chompa de cuero. Al rato se movió la fila y conocí a un grupo de guayacos como yo, aficionados al emelec (yo soy barcelonista) pero unas personas súper chéveres y lo que nos unía en ese momento era el metal. Esperamos toda la tarde y entre tragos y cigarrillos nos fuimos entonando para una noche llena de música.

Al estarce poniendo el sol dieron la orden de entrada y todos nos dispersamos para poder tener un mejor asiento, algunos llegaron sumamente ebrios y al sentarse en las gradas quedaron automáticamente dormidos. Yo por mi parte estaba rogando que no pasara nada que empañara el show.

Las nubes se acercaban a chillogallo y una leve garua cayó sobre el estadio pero poco a poco se fue aclarando la noche, aquellos caídos por la borrachera también recobraban sus sentido. De pronto el escenario se iluminó, eran los sonidistas que probaban los equipos. Casi una hora después el sonido de una banda hacía pensar que Maiden saldría, pero resultó ser “La Hija de Harris”, banda que abrió el concierto. Tocan más o menos pero aún le falta bastante.

El escenario se oscureció y salió el conocido discurso de Churchill. Después sonó la canción “Aces High” y de la penumbra una explosión y Dickinson brincando y cantando a todo pulmón.
Luego la doncella tocó “Wrathchild” y “2 Minutes To Midnight”, Dickinson dijo; “scream for me, Quito! Scream for me Ecuador!” y toda la multitud al unisonó gritó como si no hubiera mañana. Luego vino “Children Of The Damned”, donde Adrian Smith usa una hermosa guitarra de doble mango. Con “The Trooper” casi me quedé sin voz y Bruce se quedó sin aire. No los culpo, es Quito y además lo manejó soberbiamente. De ahí pasó a “The Phantom Of The Opera”.

En “Wasted Year” además del canto casi se me sale una lágrima ya que mi hermano no pudo asistir pero le hice una promesa; lo llamaría para que escuchara su canción favorita. Tuve que prestar un teléfono celular para llamar a mi hermano, era una promesa y como mi celular estaba descargado casi no la cumplo; pero al final lo llamé y él lo escuchó, es una forma de sentir a mi hermano más cerca de mí ya que él es tan fanático como yo de Iron Maiden.

Le siguió una canción que la verdad no conozco, me gustó mucho “The Rime Of The Ancient Mariner”, después Bruce se colocó un tocado egipcio y cantó la poderosa “Pawerslave”, le siguieron las inmortales “Run to the Hill”, en la cual de nuevo casi lloro ante la imposibilidad de creer que estaba cantando esta canción en un concierto de la doncella. “Fear Of The Dark”, “Hallowed Be The Name” y la clásica “Iron Maiden” en la cual apareció el Eddy Cybor emulando a la portada de “Somewhere In Time”.

Parecía que Maiden se despedía del Ecuador, el público coreó su nombre y el retorno no se hizo esperar. “Number of the Beast” sonó mientras las cortinas del fondo cambiaban como lo hacían en todas las canciones, cada cortina era la portada de la canción que cantaban. Le siguió “The Evil That Men Do”, finalmente se despidieron con “Sanctuary” y unas excelentes piruetas de el guitarrista Janick Gers.

Salimos y nos volvimos a reunir los que vinimos en el bus y nos dirigimos directamente a la terminal , claro que tuvimos que hacer dedo algunas cuadras y nos cobraron re carísimo, pero como no conocíamos creo que nos estafaron. Cogimos el bus a la 1 am y a las 9 del día miércoles 11 estábamos en Guayaquil. Yo listo para dar mi supletorio de la universidad. Pero la emoción de ver a Iron Maiden lo valió todo.

Crónica aportada por mi buen amigo Christian Armijo

Gracias Chris, blog: http://el-rincon-del-dragon.blogspot.com/

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